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Andar por las cuerdas 2019

“Andar por las Cuerdas o los embates de la precariedad”
Alejandra Villarroel Sánchez
Año: 2020

“Quienes trabajan de forma creativa, estos precarios y precarias que crean y producen cultura, son sujetos que pueden ser explotados fácilmente ya que soportan permanentemente tales condiciones de vida y trabajo porque creen en su propia libertad y autonomía, por sus fantasías de realizarse. En un contexto neoliberal son explotables hasta el extremo de que el Estado siempre los presenta como figuras modelo.”

-Isabell Lorey

Cuando en 2021 Lorena Muñoz Bahamondes puso ante los ojos de la ciudad confinada centenares de serigrafías con la interrogante ¿Qué ves cuando exhibo este cuerpo, este espacio íntimo, en un estado de excepción? interpeló la conciencia existente respecto de la precariedad que, de modo sistemático, somete la vida de las trabajadoras del arte, vidas situadas no sólo en el colapso económico que trajo consigo el restrictivo plan sanitario impuesto por la pandemia, sino más profunda y críticamente, en un Chile neoliberal estallado sociopolítica y culturalmente. Hablamos de cuerpas abatidas resistiendo durante décadas de pseudodemocracia, todos los embates posibles: el golpe de la misoginia patriarcal, el golpe de la inequidad, el golpe de la violencia de género, el golpe del trabajo a honorarios, el golpe del desfinanciamiento cultural, el golpe de la vulneración de derechos ¿Son visibles esos golpes?

Las resignificaciones del arte abren una grieta por donde mirar. Lorena se hace cargo de acuerpar y encarnar esos espacios íntimos de la precariedad, mediante la experimentación del lenguaje de la performance sobre un nuevo soporte artístico junto a la fotógrafa Yessica Gaete Díaz, desplazando el imaginario pugilístico para transformar la acción de boxear en un manifiesto feminista que se rebela ante aquello que históricamente concierne a las mujeres, con el objetivo de ampliar la reflexión en la comunidad, en cómo ésta se identifica y es capaz de problematizar la representación de una boxeadora que batalla al límite de lo soportable.

Paralelamente a la visualidad, la instalación reúne voces de artistas que dialogan, desde sus subjetividades, con la pregunta original. El resultado de ese ejercicio dialógico es un archivo sonoro que permite conservar e incrementar las alternativas de asimilación de las intervenciones públicas y los nuevos lenguajes mediales que forman parte del proceso de esta performance fotográfica. Dichos relatos tensionan la interrogante y llevan a pensar en cómo el ilusorio poder de adaptación con el que el Estado y su pacto con el mercado, nos empujó a obedecer rápidamente las reglas de la virtualización biopolítica mente tramadas sobre nuestra educación, trabajo y relaciones humanas, un escenario hostil donde sobreviven las miles de personas que -informalmente, sin previsión social ni seguro de salud- conforman el sector artístico cultural del país, siendo las mujeres quienes mayoritariamente sostienen con su auto explotación los trabajos más precarizados, normalizando, así, la habilidad de andar por las cuerdas.

Registro: Yèssica Gaete Díaz